
Javier Aguirre se reencuentra con una selección a la que en el pasado dirigió, pero con la tarea de mejorar la cara del cuadro azteca.
El Oakland Coliseum será el escenario del choque entre la Selección Mexicana y Japón, un duelo que no sólo pondrá a prueba el nivel del Tricolor, sino que también traerá recuerdos a Javier Aguirre, ya que enfrentará a un rival que conoce bien.
La Selección llega con el pecho un tanto inflado tras sus últimos resultados de 2025 en la Liga de Naciones de la Concacaf y la Copa Oro, que hicieron difuminar tropiezos sonados, como las eliminaciones en la fase de grupos del Mundial 2022 y la Copa América. La columna vertebral está definida: en la defensa, Johan Vásquez es el jefe; en el mediocampo, Edson Álvarez pondrá el orden; y en el ataque estarán Raúl Jiménez y Santiago Giménez. Además, ahora 'El Vasco' cuenta con el regreso de Hirving 'Chucky' Lozano.
Pero Japón no es cualquier rival, es el mejor combinado asiático del momento y fue el primer equipo clasificado al Mundial 2026 después de los anfitriones. Ocupa el puesto 17 en el ranking de la FIFA, sólo cuatro escalones por debajo de México.
Los 'Samuráis Azules' son liderados por Hajime Moriyasu, un técnico que desde 2018 los moldea, y que, con su estrella Takefusa Kubo, de la Real Sociedad, se puede convertir en un dolor de cabeza. Para Aguirre este partido tiene un significado especial, ya que entre 2014 y 2015 dirigió a los nipones, y más allá de eso, es una buena prueba para definir quién se queda en la lista final.
La última vez que el Tri y los nipones se hicieron frente fue en un lejano otoño del 2020. En ese entonces, Raúl Jiménez y 'El Chucky' le propinaron dos goles a la escuadra japonesa, apropiándose de la Merkur Arena en Austria.
Si bien ese partido fue de corte amistoso, así como el que disputarán hoy, los números no mienten: de las seis veces que ambos equipos se han enfrentado, cinco se han pintado de tricolor.