Los reflectores en estos días apuntan a cuatro escenarios: la guerra comercial global y sus efectos; la posibilidad de un acuerdo de paz en Ucrania; el rearme de los países europeos, y los reacomodos en la guerra de Israel contra el Eje de la Resistencia. De alguna u otra forma, en los cuatro escenarios hay hilos que conectan con EUA.
La guerra comercial fue desatada por el presidente Donald Trump con sus aranceles al acero y aluminio como parte de una estrategia que tiene como propósito último subvertir el sistema de comercio internacional para aliviar los déficits comercial y fiscal y aligerar el peso de la enorme deuda pública estadounidense. En Ucrania, es Washington quien empuja el acuerdo de paz entre Kiev y Moscú para, principalmente, cerrar ese frente, evitar más gastos y enfocarse en reforzar su presencia en América y estrechar el cerco a China en Asia Pacífico. La UE busca el rearme porque, según sus líderes políticos, el viraje de EUA con Trump los pone a merced de Rusia, aunque lo cierto es que los dirigentes europeos están siguiendo los lineamientos del presidente estadounidense que pide que Europa pague por su seguridad. Y detrás del apoyo a Israel y sus planes de limpieza étnica en Gaza está la gran potencia americana, quien además el fin de semana ha bombardeado en Yemen a los rebeldes hutíes, miembros del Eje de la Resistencia que lidera Irán, y que han puesto en jaque el comercio mundial por sus ataques contra buques mercantes en el mar Rojo.
Pero por debajo de estas turbulencias con sello Made in USA, China está moviendo sus piezas sigilosamente, aprovechando la situación y concatenando una serie de éxitos parciales. El gigante de Asia descubrió recientemente en Hunan el yacimiento de oro más grande del mundo, en un momento en el que el oro mantiene un ritmo sorprendente en su apreciación inmediata y de futuros. Los descalabros en las bolsas de EUA son inversamente proporcionales a las subidas que han registrado en los últimos días los mercados bursátiles de China. Incluso el índice Hang Seng de Hong Kong superó en la semana al S&P 500 de Wall Street. Los medios especializados ya hablan de los siete titanes chinos (Alibaba, BYD, JD, NetEase, SMIC, Tencent y Xiaomi) frente a las siete magníficas estadounidenses (Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet, Meta, Nvidia y Tesla). Los siete titanes han aumentado su valor de mercado alrededor de 40 % en lo que va del año para acumular ganancias en conjunto por 440,000 mdd. Aún resuenan los ecos del terremoto que ocasionó DeepSeek, la competencia china de ChatGPT, que mostró que con una inversión considerablemente menor podía alcanzar la capacidad de procesamiento de su competencia estadounidense.
Otro elemento de contraste llega del ámbito económico. Mientras EUA pronostica una caída de 2.4 % del PIB en el primer trimestre de 2025, China espera que su economía crezca 5 % en el año. La meta de crecimiento de la economía china se estableció durante las Dos Sesiones, las reuniones anuales que celebran la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, órgano asesor del Estado, y la Asamblea Popular Nacional, órgano legislativo de la República Popular. Las sesiones, que se llevaron a cabo entre el 4 y el 11 de marzo, definieron el plan de desarrollo económico y social y los presupuestos central y locales. Además de la expectativa de crecimiento, los representantes del Estado chino establecieron varias medidas de suma relevancia, como lo son: eliminar todas las restricciones a la inversión extranjera directa con el objetivo de competir fuertemente en la atracción de nuevas empresas, e impulsar aún más el desarrollo tecnológico de alta gama, principalmente en Inteligencia Artificial plus, computación cuántica y la conectividad digital de sexta generación (6G). Pero no todo es economía. En el ámbito geopolítico, China también se mueve con rapidez.
Como resultado de las Dos Sesiones, se anunció un aumento de 7.2 % del gasto militar para este año, con el fin de alcanzar la cifra de 245 mil mdd, una cuarta parte del presupuesto militar estadounidense. En materia de relaciones internacionales, el Estado chino acordó fortalecer los lazos con la UE en medio de los embates de EEUU a sus aliados tradicionales. En ese sentido, diplomáticos chinos censuraron la forma en la que Washington ha tratado a sus aliados europeos dentro de las negociaciones de paz en Ucrania. El objetivo de China es colocarse como una alternativa viable a los esfuerzos estadounidenses que excluyen a las potencias europeas, objetivo que se observa complejo dada la alineación de intereses que guarda Pekín con Moscú. Una muestra de esto último fue el pronunciamiento conjunto que hicieron China, Rusia e Irán en el marco del inicio de los ejercicios navales del Cinturón de Seguridad Marítima en el golfo de Omán. Los vicecancilleres de los tres países condenaron al unísono las presiones de EUA sobre Irán y exigieron la suspensión inmediata de las sanciones contra Teherán por el plan de desarrollo nuclear que, a decir de los diplomáticos, tiene fines pacíficos. Por otro lado, mientras Washington se alista para concretar su giro a Asia Pacífico con la mira puesta en contener a China, Pekín lleva a cabo un reacomodo de sus fuerzas para contrarrestar al otrora hegemón americano.
Las maniobras del presidente Xi Jinping apuntan a disminuir la tensión con sus socios de la RCEP, mientras despliega sus capacidades para conseguir sus objetivos en Asia Pacífico. La semana pasada fue intensa en esta ruta. La fuerza naval china concretó un ejercicio inusitado de circunnavegación de Australia, aliada geopolítica de EUA y socia comercial de China. En cuanto a Filipinas, con quien ha tenido roces, China le "permitió" maniobras de reabastecimiento en las aguas que ambos países disputan, mientras en Manila se revelaba la existencia de una presunta red china de espionaje. También se dio a conocer la probable transferencia de tecnología aérea de uso militar por parte de Pekín a Corea del Norte, que mantiene una actitud desafiante contra EUA y sus aliados en la zona. En este cuadro, no puede faltar Taiwán. Durante las Dos Sesiones el Estado chino reafirmó su objetivo de reunificación primordialmente pacífica con la isla y manifestó su rechazo a cualquier injerencia extranjera. Una serie de acciones dejan clara la triple estrategia de China con Taiwán en estos momentos: espionaje a través de globos de vigilancia; acoso contra los independentistas fuera de Taiwán, y campañas de propaganda dentro de la isla con el uso de celebridades que emiten mensajes a favor de la reunificación.
¿A dónde va el mundo con todo esto? EUA, con Trump, quiere sacudir el orden internacional que ayudó a crear para tratar de frenar su declive y parar el ascenso de Pekín. China, con Xi, busca crear un nuevo orden multipolar post hegemonía estadounidense con Washington lejos de sus asuntos en Asia Pacífico.
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