'Tu otro nombre', una mirada a la poesía amorosa de Elsa Cross
Sus versos son incansables; su voz, un susurro apasionado. La maestra Elsa Cross (Ciudad de México, 1946) ha emprendido una nueva aventura poética gracias al libro Tu otro nombre (Ediciones Era, 2025), una publicación marcada por el amor y el erotismo, donde los amantes emprenden un periplo por diversos paisajes del cuerpo y del alma.
“Una cosa fundamental es rescatar la dimensión divina del amor humano, que pueda volverse una costumbre sagrada”.
No fue un proyecto, fue un accidente. Durante la pandemia, Elsa Cross encontró en una maleta un montón de poemas que había dado por perdidos, escritos treinta años atrás. Los tomó, los leyó, sintió latir sus versos, conectó con ellos y siguió escribiendo. El resultado es un poemario de 304 páginas, donde la autora toma el Eros humano y el Eros divino para abordar uno de los sentimientos más misteriosos.
“La primera serie de poemas fue de 1991 a 1994, y el resto de 2021 a 2025 […] Lo que se refleja es una serie de experiencias del amor. Puede tener tantos rostros y entonces hay la presencia, la ausencia, y la presencia en la ausencia, y viceversa: la ausencia en la presencia, que es lo más terrible, cuando la persona está ausente. Y hay partes donde el énfasis está en el encuentro, en la sensualidad, pero también en la separación, en la tristezas; hay muchas fases, el roce en la locura, la muerte”.
Si el amor ha sido un tema recurrente en la poesía y la literatura, indica la maestra, es porque se trata de un hecho central en la vida de todo ser humano.
“Si no tiene amor, está perdido. Amor por lo que sea: por su familia, por su pareja… pero es fundamental, y creo que es un elemento constitutivo del ser humano”.
UN AMOR EN VERSOS
Elsa Cross tenía alrededor de 10 años cuando se enamoró por vez primera. Fue de un muchacho, un vecino, el hermano mayor de unas amigas. Ella lo veía y suspiraba. En ese momento, dice, quien se enamora no sabe pensar ni cómo procesar el sentimiento que aflora en medio de tantas sensaciones.
“Uno no sabe cómo pensar ni cómo procesar lo que está sintiendo, pero de que lo siente no hay duda”.
La poesía, asegura la autora recién reconocida con el Premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco 2026, puede ser un reflejo del amor, de esa búsqueda del otro y finalmente de uno mismo.
“A veces uno mismo llega a conocerse más a través de la pareja”.
Vuelve a recordar su juventud. Elsa Cross tenía una pequeña edición de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924), del poeta chileno Pablo Neruda. Entonces estudiaba en una escuela de monjas y una de las religiosas le arrebató el libro, se lo confiscó.
“Me dio mucha rabia, porque yo estaba feliz leyéndolo”.
En esa época leyó muchísimo. Tan sólo con 15 años se sumergió en las historias de Dostoyevski, de Tolstoi, de Balzac, de Maupassant. Además de autores mexicanos como Juan Rulfo, a quien descubrió a los 16 años, durante un viaje a Guadalajara.
“El amor (en la obra de Rulfo) está presente de maneras muy ocultas, muy misteriosas”.
Romeo y Julieta, Eneas y Dido, Paris y Helena, la literatura está llena de historias de amor dramático y trágico. Elsa Cross añade también a Tristán e Isolda en esta lista de amantes.
“Yo diría que es otro tipo de experiencia. No sé si Tristán e Isolda se acerquen más a eso porque esa muerte y esa transfiguración final es una cosa extraordinaria”.
Entre los amantes, reflexiona, el miedo es destructivo, no favorece nada cercano a él, ni siquiera a la persona que lo padece. Ante esto, cierra reflexionando sobre una frase de El Banquete, de Platón, la cual afirma que quien ama tiene algo más de divino que quien es amado, porque en su alma existe un dios.
“Totalmente. Y desde luego que Platón piensa en el Eros, como en el dios que habita al que ama. Pero Platón mismo, igual en El Banquete, habla de un Eros humano y un Eros divino. Habla de cómo hay que sublimar ese amor, de llevarlo a su máxima expresión”.