
Feliz. La pequeña Luana le cambió la vida al cantante y compositor, Marcelo.
El amor paternal se ha externado con ternura a través de la música, lo expresó John Lennon a su "niño hermoso" Sean con Beautiful Boy (Darling Boy); David Bowie hizo lo propio con Kooks, una invitación a su hijo Duncan Jones para unirse a la peculiar historia de amor de sus padres. En un mundo lleno de mentiras, el cariño de un padre a un hijo es un "refugio de verdad", así lo narra Fher Olvera de Maná en Mi verdad, su dueto con Shakira, dedicado a su primogénito Dalí. De igual forma, la colombiana sacó su lado maternal en Acróstico.
Dar vida simboliza una mezcla de emociones que varios artistas han sabido plasmar en su legado musical. Después de 15 años de incursionar en la industria, la agrupación lagunera que mezcla diferentes tipos de cumbia, pop, electrónica y reguetón, Cadereira, se unirá a la mencionada lista de cantantes que le dedican un tema a un hijo.
Hay fechas que jamás se olvidan, porque dejan una huella imborrable en el alma. Así fue un lluvioso 12 de diciembre, cuando llegó al mundo Luana, la protagonista de la próxima canción homónima escrita por Marcelo Gamboa Becerra, fundador, compositor y vocalista del grupo.
"Estoy muy contento de esta nueva faceta", declaró Marcelo en entrevista a esta casa editora.
El orgulloso papá lanzará mañana el tema, por la connotación familiar que caracteriza a los domingos.
El nombre de Luana tiene varios significados, en italiano es "la que es guerrera", "felicidad" o "disfrute" en hawaiano, o al combinar "Lua" (luna en portugués) y "Ana" (gracia en hebreo) deriva en "luna de gracia" o "gracia de la luna"; sin embargo, antes de conocer esto, el nombre se apoderó de las mentes de Marcelo y su esposa, tras regresar de un viaje a Brasil. Sin querer, todo coincidió y ahora representa toda su alegría.
Luana no sólo llegó para darle un giro de 360° a su vida personal, sino también para hacerlo transitar en nuevos caminos en el sector musical, ya que ocho meses después de su nacimiento, comenzó a escribir el tema. Marcelo no se atreve a catalogarlo en un género, lo que tiene claro es que "no es cumbia". Lo resumió en que "es una canción del corazón".
Mientras Luana crecía, lo hacía paralelamente este proyecto. Por azares del destino, terminó grabando la canción en Sonic Ranch, un estudio en El Paso, Texas, mientras Gamboa asistía a un seminario.
No obstante, el video tendrá su toque lagunero, ya que cuenta con algunas tomas en el Mercado de las Flores de la calle Blanco.