Vecinos del suroriente de Torreón denunciarán a Ferromex ante Derechos Humanos por bloqueo de paso peatonal
En las colonias del suroriente de Torreón, donde las vías del tren han sido parte del paisaje y de la vida diaria durante más de tres décadas, hoy se percibe molestia, cansancio y una sensación profunda de injusticia. Para estas familias, el cruce ferroviario que siempre fue un punto de conexión, un paso obligado para ir al trabajo, llevar a los niños a la escuela o simplemente llegar al otro lado del barrio, se convirtió de pronto en un muro infranqueable.
Todo comenzó hace dos meses, cuando Ferromex levantó una barda que cerró casi por completo el paso peatonal. Dejó solo una pequeña puerta, estrecha, de menos de un metro de ancho. Pero el 28 de noviembre, sin aviso, esa última rendija también fue sellada con una placa de concreto.
Desde entonces, la vida de quienes habitan Nueva Merced, Ampliación Nueva Merced, Las Dalias, Las Luisas, Jesús García Corona y otras colonias cercanas cambió de golpe. Madres que antes cruzaban en minutos ahora deben rodear varias cuadras. Trabajadores que salían de madrugada para llegar a tiempo hoy caminan trayectos más largos y peligrosos. Adultos mayores que dependían de ese paso quedaron prácticamente aislados.
Las protestas no tardaron en llegar. Primero fueron reclamos aislados, luego reuniones improvisadas entre vecinos, y finalmente movilizaciones más grandes, donde la indignación se mezcló con la esperanza de ser escuchados. El diputado local Felipe González Miranda acompañó a los colonos en estas manifestaciones y anunció que presentará denuncias ante organismos de Derechos Humanos, tanto estatales como federales.
Señaló que lo que está ocurriendo no es un simple conflicto vecinal, sino una violación directa al derecho al libre tránsito de más de mil familias.
“Muchas familias están siendo afectadas. Contaminación auditiva, grietas en viviendas y ahora la restricción total del paso. Haremos lo necesario para que se abra el acceso y se respeten los derechos de nuestra gente”, expresó.
Los vecinos han sostenido varias mesas de diálogo con representantes de Ferromex, pero aseguran que no ha habido voluntad para resolver la situación. La empresa argumenta que la barda se construyó por problemas de robo en la zona, pero autoridades municipales han desmentido esa versión y han ofrecido alternativas de seguridad, como vigilancia permanente, una torre de monitoreo, cámaras con reconocimiento facial.
Durante años, estas comunidades han convivido con el ruido constante, vibraciones que dañan sus viviendas y riesgos asociados al paso de los trenes.
Además de las denuncias ante Derechos Humanos, González Miranda anunció que presentará un punto de acuerdo en el Congreso del Estado para exigir la intervención de la Comisión Reguladora de Tránsito Ferroviario y otras instancias federales. También se prepara una nueva movilización masiva pacífica en los próximos días.
“No pedimos privilegios, pedimos lo justo, poder caminar por donde siempre hemos caminado”, expuso una vecina.