BRETE
En algún momento de la vida seguramente hemos estado o hemos puesto a alguien en una situación comprometida de la que resulta difícil salir airoso. Solemos llamar a esa encerrona con la palabra brete. La palabra también tiene otra connotación, se denomina brete a un pasadizo corto entre dos estacas que sirve para inmovilizar al ganado. Su utilización tiene múltiples propósitos: chequeos reproductivos, inseminación, cirugías menores, reparación de pezuñas, pesaje, medicación. El animal está sin salida, no puede escaparse transitoriamente. En las faenas del campo, se dice que este dispositivo evita que se haga daño o ponga en riesgo a la persona que interviene.
Hay circunstancias en las que nos enfrentamos a un brete y no queda otra opción que atravesarlo.
En ocasiones, nuestros bretes contienen una disyuntiva. Generalmente, los transitamos con el propósito de obtener un aprendizaje. Algunos bretes contienen una oportunidad, otros nos recuerdan nuestra tozudez.
Esta trampa, involuntaria o no, siempre es un alto, una pausa. En esa inmovilidad no se trata de estar paralizados, sino de aprovechar la circunstancia para reflexionar. Quienes trascienden sus bretes suelen decir que la vida parece caprichosa, a veces, sin embargo, tiene sus propósitos.
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