FOTO: Ramón Sotomayor
Ante un grupo de estudiantes del Colegio San Roberto, la escritora Yunuen Díaz (Ciudad de México, 1982) recibió este miércoles al mediodía el Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2025. La ceremonia tuvo lugar en la biblioteca José Santos Valdés de la Casa de la Cultura de Gómez Palacio Ernestina Gamboa.
Con la obra ‘La tierra en la boca. Arte contemporáneo y alimentación en Mexico’, la autora propone un texto para reflexionar sobre la alimentación y el capitalismo, a través de una combinación de estética, política, cuerpo y poesía.
El evento fue encabezado por Nadia López García, coordinadora de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literarura (INBAL); Francisco Javier Pérez Meza, director del Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED); Absalom Ruiz, director de la Casa de la Cultura de Gómez Palacio; y la propia Yunuen Díaz.
En su 50 aniversario, el galardón otorgado a Yunuen Díaz consistió en un diploma y un estímulo económico de 300 mil pesos.
Durante su discurso, la autora habló de la inquietud por escribir, por decir algo, por manifestarse a través del lenguaje. Luego apuntó a la alimentación —tema central de su obra—, a su cotidianidad, pero también a su vital importancia y trascendencia. Se trata de un tema que ha trabajado desde hace tiempo.
UN MENÚ DE RESPUESTAS
Antes de impartir su conferencia ‘Escribir desde el estómago. Arte contemporáneo y alimentación en México’, Yunuen Díaz aceptó conversar unos minutos con la grabadora de El Siglo de Torreón. La escritora cruzó el pasillo que conduce a la biblioteca, giró hacia la izquierda y bajó a un jardín público a las afueras de la Casa de la Cultura.
Habló de las ideas de la socióloga boliviana Silvia Rivera Cusicanqui, como esa que propone “comida para el pensamiento”. Es decir, pensar y cocinar desde su trabajo con las culturas prehispánicas, entendiendo cómo el lenguaje forma mundos.
“Ella habla mucho de pensar en el aquí y en el ahora de la tierra y su paisaje. Entonces, digamos que es uno de mis referentes en este tema”.
También destacó a la india Vandana Shiva, ecofeminista que a través de su escritura ha abogado por la defensa del territorio. Por otro lado, está la propia relación de Yunuen con la alimentación y la naturaleza.
“Nos hacen creer que el pensamiento va por un lado y que el cuerpo va por otro. En realidad, todo pensamiento habita un cuerpo, todo cuerpo habita un territorio; alimentarnos es una parte básica de nuestra vida. Entonces, cuando pensamos en estas relaciones entre alimentación y pensamiento, iba saliendo poco a poco que tenía que hablar sobre la comida en un libro más amplio”.
Todo empezó cuando la autora compró un paquete de arroz de la marca Morelos, y al voltearlo se percató de que era importado de Estados Unidos. La pareció injusto. Entonces se cuestionó muchos factores, entre ellos la apropiación de identidad por parte de la industria e inició su investigación.
“El libro comienza hablándonos de algunos hechos, momentos históricos que todavía habitan en la memoria colectiva, como la compra de una leche radioactiva; como un cártel que entregaba comida pasada, incluso con gusanos, en cárceles y que llegó a infectar a un montón de reos. También reviso cómo algunas compañías y corporativos incluso van a financiar pseudoestudios científicos para que digan que sus alimentos no son tan dañinos”.
Para hablar de la sombra del capitalismo sobre la alimentación, Yunuen Díaz acude al trabajo de artistas contemporáneos: Santiago Robles, Gabriel Garcilazo, Dulce Chacón, Yessica Díaz y la colectiva Amasijo. Todos ellos desde distintas trincheras, denuncian la falta de ética de las industrias alimentarias, proponen nuevas formas de ver la alimentación y rescatan otras milenarias.
“Todos esos problemas provocan fracturas sociales. Lo que hago en el libro es que a través de los artistas, hablo de las obras y de lo que ellos están denunciando o lo que están tratando de construir como imaginario”.
