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La fe

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE.-

La fe es creer en algo que no se necesita demostrar. Por lo general, lo hemos aplicado al tema religioso. Creemos en las promesas que se nos hacen de una vida después de la vida porque así está escrito y avalado por Dios. Aunque en lo que puede haber desacuerdo es en las diferentes interpretaciones que se les dan a las mismas palabras de la divinidad.

La fe no solamente es aplicable a la religión; también lo es, a la ideología política. Nosotros nos afiliamos a un partido o a un sistema, porque tenemos la seguridad que por medio de sus propuestas lograremos mejoras, a nuestro favor, en la convivencia social. Aquí tampoco se hace necesario probar del todo lo que se proclama. La fe es tan poderosa, que muchas veces, teniendo pruebas de lo contrario, nos seguimos aferrando a las promesas de una ideología o de una iglesia.

Se dice que en una reunión no hay que abordar el tema religioso y el político porque nunca se llega a nada. La fe no se discute se cree nada más y muchas veces se defiende con las armas. La fe es el fundamento que le da sentido a nuestra existencia. Una parte importantísima de nuestra cultura. En el caso de la religión, desde el útero te la inculcan y es tu principal asidero para subsistir. En la política, te casas con un sistema de donde depende el futuro. Te cambian las reglas del juego y lo puedes perder todo.

Los líderes religiosos y políticos han aprendido a jugar con la fe, con la credulidad de las personas. No en valde, el cristianismo se ha dividido en infinidad de iglesias; que, partiendo del mismo libro, llegan a diferentes conclusiones y hasta pueden ser opuestas. En países cristianos, otros también cristianos, hacen misiones para convertir a la fe verdadera. Ahora no se sabe cuál es la fe verdadera. Lo mismo pasa con las ideologías, las versiones se bifurcan; no es lo mismo el estalinismo que el trotskismo ni el maoísmo, o el liberalismo aplicado en diferentes países.

Los líderes obtienen poder y por medio de él, imponen su verdad. Controlan a sus oponentes por medio de muchos mecanismos, desde el ostracismo hasta el asesinato. En la historia del mundo abundan los ejemplos: Savonarola, la iglesia americana que hizo que sus feligreses se suicidaran, los fundamentalismos, la santa inquisición. En la política sucede lo mismo: Stalin, Mao, Hitler, los dictadores que mandan a sus opositores a la cárcel, o los mandan asesinar. La fe nos permite cerrar los ojos para que no nos perturbe nuestra existencia.

Hay personas que se inconforman con la fe y buscan otros mecanismos para probar la realidad. La filosofía, fue el primero, y la ciencia le siguió. Ninguna ha podido contra restar a la primera porque sus hallazgos no han sido contundentes; la filosofía se dividió en múltiples escuelas y métodos: idealismo, realismo, escolástica, materialismo, existencialismo, etc. Y la ciencia se ha topado con la física cuántica; o la aplicación de la mismas, no para resolver los problemas del mundo, sino a dominarlo y a explotarlo: la bomba nuclear.

Contra este panorama lo único que nos queda es buscar información y ser críticos. El problema sigue siendo el mismo, resolver el problema social y humano; así como, resolver la existencia trascendental del hombre. No solamente la información es necesaria, también hacernos responsables de nosotros mismos, más si somos adultos, partiendo de que los demás comparten mi esencia humana y son tan falibles como yo.

Con tanta información de la que podemos disponer, el mayor pecado del mundo es no consumirla. Por la ley del menor esfuerzo preferimos dejarnos llevar por el líder, bajo la creencia de que éste resolverá nuestra vida. Nos dejamos imponer puntos de vista a través de los cuales percibimos la realidad.

"Leo la biblia" es lo que algunos responden cuando les pregunto que si les gusta leer. En otras partes leerán el Corán. Los libros sagrados son la base de la cultura religiosa, pero Dios no es tan limitado, ha permitido que se escriba mucho más, con diferentes objetivos y también esas lecturas son el alimento de la inteligencia. Además, si necesitas leer mucho un mismo texto es que tienes muy poca comprensión, o a través de laberintos interpretar algo diferente a lo que el texto dice. Para mí el mensaje es claro: venid hijos de mi padre porque tuve hambre y me diste de comer, etc. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Primero ama a Dios y segundo, ama al próximo. Yo no creo por los milagros, me convence la filosofía; es un buen modelo de vida a seguir. No hablo de la iglesia, sino de la enseñanza. Se puede enriquecer con todas las demás lecturas.

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