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Las palabras tienen la palabra

Aquellos que trolean en las redes

JUAN RECAREDO.-

Si usted ha entrado a las redes sociales, entonces lo conoce; tal vez ha sido blanco de sus ataques… o ¿a lo mejor es usted uno de ellos? No, para nada, no estoy acusando a nadie, que quede claro, ¿ok?

A lo que me estoy refiriendo es al trol, ese ser que pasea por todas las redes sociales viendo por donde mete cizaña, buscando a quien criticar o balconear, incluso juzgando y señalando “con índice de fuego” a otras personas de la red, haciendo que éstos se cansen, molesten, enojen, lloren y pataleen por el bullying que les hacen.

Este oficio de “poner gorro” y molestar se le conoce como trolear, y vaya que hay personas que se dedican con singular arrojo a esta actividad. Hay troles de política que, mientras le echan a un candidato, así como no queriendo apoyan a otro candidato; también los hay dedicados a linchar a cuanta persona no piense igual que ellos, del tema que sea: que si comes esto, que si te vistes así, que si le vas a tal equipo de futbol… ¿le suena familiar? La intención es llamar la atención y crear conflicto.

Trolear es lo que hace el trol y esta palabra tiene diferentes orígenes probables. Una versión de Noruega nos dice que el trol —troll en noruego— es un monstruo muy feo, como un duende muy malo que se anda escondiendo y de repente sale a hacer sus travesuras… como los de X, que escondidos en el anonimato atacan por igual a artistas, presidentes, cantantes o a gente normal como usted o como yo... el chiste es llamar la atención.

Los que aman de la pesca conocen bien lo que es trolear: tirar un anzuelo desde una lancha en movimiento para atraer a los peces y así atraparlos… muy parecido a lo que hacen los troles de Internet cuando lanzan sus comentarios ofensivos para ver quién se engancha en ellos. El término usado así surgió hace años en los antiguos foros o grupos de la web, cuando los usuarios más experimentados querían “pescar” a los usuarios nuevos —los novatos— lanzando algún tema del cual ya se había hablado muchas veces en tal foro, así que los novatos, como no sabían, empezaban a responder y así ya sabían los otros quienes eran los nuevos, los menos experimentados en el foro. 

Finalmente, el término trol quedó como lo conocemos hoy: una persona indeseable en Internet o las redes sociales, que nada más critica y hace comentarios negativos para enganchar a los demás en sus discusiones inútiles.

Así que, antes de que me enganchen a mí, me retiro pidiéndole por favor que evite a estos seres de las redes… porque no dejan nada bueno.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

donjuanrecaredo@gmail.com X: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA Horacio Bazán: Tengo un amigo que se llama Melitón, pero nunca le pone acento a su nombre porque dice que no es necesario, ¿es cierto?

LE RESPONDO. Por supuesto que es necesario. Si no le pone acento, entonces su nombre se convierte en Meliiiton, o sea, con énfasis en la ‘i’. Todos los nombres propios se deben tildar como las demás palabras.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA. Frase de Thomas Jefferson: “Un amigo ofendido es el más encarnizado enemigo”.

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