Los cuidados de la espalda

De acuerdo a la Secretaría de Salud, la columna es la zona del cuerpo que más padecimientos presentan los hombres cuya edad ronda entre los 30 y 40 años. Es, además, una de las razones más frecuentes por las que se solicitan citas con el médico, ya que reduce el movimiento y deteriora la independencia y la calidad de vida.

Lumbalgia

Es con este nombre a como se le conoce al dolor en la zona lumbar, considerado uno de los más habituales. Esta zona se ubica en la parte baja de la espalda y se compone de las vértebras L1 a L5 de la columna. La Secretaría de Salud localiza este dolor en la espalda y la cintura, entendiéndose a los glúteos y los muslos. Una razón por la que aparece es por un esfuerzo demandante, y puede durar hasta varios meses y puede requerir distintos tratamientos, según la gravedad o el origen de cada caso.

Hernias discales

Según la Biblioteca Nacional de Medicina, ocurren cuando “un disco (de los que separan las vértebras) de la columna es forzado a pasar a través de una parte debilitada del disco”. El disco está formado por cartílago que puede romperse y generar la salida de una masa gelatinosa conocida como núcleo pulposo. Cuando esto sucede, suele provocar una presión en los nervios raquídeos que se encuentran cercanos, o en la médula espinal. Se trata de una razón por la que el dolor en la zona lumbar perdura a lo largo del tiempo.

La zona que más comúnmente se ve afectada es la parte baja, mientras que la parte alta rara vez se ve comprometida.

Los dolores provocados por la hernia llevan a dolores punzantes en la pierna, la cadera y los glúteos. Estos dolores comienzan a sentirse al agacharse, cargar objetos, estar de pie o sentado durante mucho tiempo, incluso al hacer esfuerzo por defecar, toser o reírse.

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Recomendaciones y errores más comunes

Factores

Desde el sitio del Instituto de Cirugía Avanzada de Columna, escriben que son varias las razones que llevan a desarrollar los dolores, ya sea que duren poco o bastante tiempo. Muchos están relacionados con el estilo de vida, en especial el contemporáneo, como llevar hábitos sedentarios, estar sentado o permanecer durante mucho tiempo en la misma posición o la obesidad por dificultar una postura estable, además de exigir mayor esfuerzo para los discos intervertebrales, e incluso el tabaquismo.

Sin embargo, no sólo el estilo de vida predispone a sufrir algún tipo de dolor de espalda. Hay acciones muy particulares que pueden provocarlos, como doblar de manera repetida la espalda baja o levantar objetos pesados. De ahí que haya personas que por su trabajo, cuando depende mucho de su físico, o aquellos que hacen pesas sin un plan estructurado por un especialista, se encuentren en un riesgo mayor.

Las hernias discales, por su parte, pueden llegar a ser ocasionadas por un impacto en el cuerpo. De ahí que a partir de accidentes también puedan llevar a sentir dolores que requieran un análisis más detallado.

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Tratamientos

En algunos de los episodios repentinos de dolor, con o sin la presencia de hernia, se suelen recomendar medicamentos para reducirlo de una manera más inmediata, además de una serie de ejercicios que se pueden llevar en solitario o con ayuda de un fisioterapia, además de buscar medidas de reposo, que ayudará a darle una mayor fuerza a la columna.

Suelen hacerse, como lo muestra una guía que ofrece la Secretaría de Salud, acostados, pero deben ser indicados por una persona con experiencia en el tratamiento de este tipo de padecimientos, puesto que hacerlos de manera incorrecta, podrían causar episodios de dolor.

Si el paciente tiene sobrepeso, también se le suele solicitar acudir a un experto en nutrición para que modifique sus hábitos alimenticios, a fin de que la carga que tiene en su columna se aligere.

Cuando existe una o más hernias discales, el especialista (regularmente un traumatólgo) puede sugerir, tras una serie de valoraciones, la opción de una cirugía o inyecciones con esteroides que son de utilidad para desinflamar la zona afectada.

También es normal que se soliciten algunas pruebas de imagen, como tomografías, resonancias magnéticas o de rayos X, a fin de que el médico pueda conocer cuáles discos son los afectados y el estado de la hernia, de existir.

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Higiene postural

La Secretaría de salud la define como “un conjunto de recomendaciones y actitudes encaminadas a mantener una alineación de todo el cuerpo con el fin de evitar posibles lesiones”. Se tratan de hábitos que son sencillos de seguir, y tienen una finalidad mayormente preventiva. Convertirlos en parte de la vida hacen que en los años de mayor edad existan menos posibilidades de sufrir problemas de espalda, o que no se agraven cuando ya se tienen.

Postura al estar de pie y caminar: al hacerlo, se debe estar bien erguido.

Agacharse: se deben flexionar las rodillas, no la espalda, aunque en apariencia se vea más sencillo. El objeto, al levantarlo, debe seguir pegado al cuerpo.

Postura al estar sentado: este apartado es especial para los oficinistas o para aquellas personas que suelen pasar sentados, regularmente por trabajo, los brazos y las piernas con ángulos de poco más de 90 grados, cabeza y cuello en posición recta, con los hombros relajados.

Para lograr esto, es necesario conseguir sillas y mesas adecuadas a los tamaños necesarios, o incluso adaptarlos con soportes lumbares, a fin de conseguir las posiciones adecuadas. La computadora también debe estar a una distancia cercana y a una altura que permita tener la cabeza en la posición deseada

Dormir: la mejor manera de hacerlo es boca arriba, de acuerdo al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, con una almohada debajo de las rodillas. Si se hace a un lado, hay que poner la almohada entre las piernas. De esta manera se evitan posturas que lastimen la columna. También es de importancia conseguir un colchón con mayor firmeza