Columnas Social

Columnas

Vibremos positivo

Detrás de una gran mujer se encuentra un gran hombre

LUCY HOP.-

Hace unos años escuché en una conferencia a una maestra con cátedra en una de las grandes facultades de negocios de Estados Unidos como osó decir que, fundamentado en un estudio muy picudo, el predictor más exacto del éxito de una mujer en el mundo profesional era su elección de pareja: Donde las mujeres con parejas que apoyaban y respetaban su desarrollo tenían un camino más fácil, más próspero y llegaban más alto en su éxito profesional. La polémica que causó fue tal que la corrieron de su trabajo, yo le hubiera dado un Premio Nobel.

El papel de la pareja en el desarrollo de la otra pareja no ha sido nunca un tema a discusión está confirmado y aceptado, siempre y cuando el protagonista sea el hombre y el "viento bajo las alas", sea la mujer. La frase de que detrás de un hombre exitoso hay una gran mujer ha sido parte de nuestra vida por más de un siglo.

Hoy los pronombres de la ecuación están cambiando, pero sigue siendo cierto, más que nunca, que detrás de una mujer exitosa hay, sin duda, un gran hombre. Porque para las mujeres que deciden vivir en una relación hombre-mujer, la elección del hombre con quien compartes la cama es el determinante más importante del alcance y el éxito que tienes como mujer en el mundo profesional. Y puede parecer completamente antifeminista hablar, pero ES-LA-VERDAD. Una mujer que tiene que luchar contra viento y marea para "justificar su vida profesional" con su pareja se ve mermada en su vida laboral y, o deja a la pareja o sacrifica su camino profesional.

Estoy casada con un hombre que sin duda es corresponsable de mi éxito.

Que es muy exitoso en su propio derecho, pero que nunca ha asumido que es el único éxito que importa.

Que nunca se ha cuestionado por qué uso mi apellido de casada (esa es otra historia) pero que sabe que no soy "de" él ni de nadie.

Que ha entendido que la construcción de un proyecto común (que no suena muy romántico, pero es lo que es el matrimonio) es sólo posible con la construcción de dos proyectos de vida individuales.

Que no ve en mis opiniones (tan distintas a las suyas) ninguna amenaza a su "masculinidad" ni a su definición de persona.

Que mis horarios y lugares de trabajo no lo incomodan ni asustan, ni cree que me alejan de "mis" responsabilidades de la casa, que son compartidas.

Que va al súper cuando tiene que ir, que atiende asuntos domésticos mejor que yo, que vivió toda, TODA su paternidad no como favor, sino como un estado natural.

Que aun cuando es, por mucho, el principal proveedor financiero de la familia tiene sólo el 50% del voto en todas las decisiones.

Que es el máximo inversionista financiero en todos mis proyectos.

Que, en medio de un error garrafal, nunca me ha dicho: "te dije que lo hicieras diferente".

Que cuando quiero que me defienda, porque tengo un problema y me dan ganas de esconderme, me dice con todo cariño: "Vas tú y lo arreglas, tú puedes".

Que a veces, sin duda, se ha de hartar de tener a su lado a una persona tan protagónica y un poco neurótica, y ahí está incondicional.

Y todo esto no como una labor en espera de su medalla o reconocimiento, sino como el día a día natural de las cosas. Discreto. Constante. Y yo así con él. Como un matrimonio en donde profesional, financiera y operativamente somos pares. Pareja.

Y OJO, distamos mucho de tener un matrimonio ideal. Mis terapistas lo pueden confirmar. Nos levantamos con greñas y dudas, nos peleamos por miles de cosas chicas (el papel de baño) y enormes (la disciplina de mis hijas), a veces no nos hablamos, yo grito y lloro, nos dormimos enojados. Después de más de 25 años de conocernos seguimos tratando de encontrar la definición de pareja.

Pero el tema de la igualdad profesional y de desarrollo de ambos nunca entra, ni siquiera, en discusión. Esto es lo que tenemos que esperar de nuestras parejas y así educar a nuestros hijos.

Y es que después de miles de generaciones en donde la balanza ha estado cargada hacia el otro lado, entendamos que ser ese hombre que necesitas como mujer, como esposa y como mujer exitosa, no es algo que los hombres "traen de fábrica", es algo que, muchas veces, se tiene que aprender y definir y redefinir cada día. Ensayo-error. Algo que se construye en el camino compartido, en lo que una de mis terapistas alguna vez denominó como el buen amar. Para ambos lados.

El privilegio más grande de tener un hombre así no es sólo lo que ha exponenciado en mí, sino el ejemplo que mis hijas ven y que a su vez se convierte en la vara con la que medirán sus expectativas para su futura vida profesional y de pareja. Así que hoy puedo decir que el más grande regalo que te puedo hacer "Mi novio" es el reconocimiento público del papel que has jugado en mi "éxito" y el ejemplo que eres.

Te invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales, en Facebook como vibremospositivo, en instagram como @jorge_lpz, @vengavibremospositivo y @yad.rajamim, escribenos a jorge@squadracr.com

Leer más de Columnas Social

Escrito en: Vibremos positivo

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2296251

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx