El hombre es libre, por naturaleza; eso dicen algunos como Rousseau o Hobbes. Como ellos son muy sabios, todo mundo repite la misma frase como si tal cosa fuera ampliamente comprobada por la ciencia. ¡hay de aquel que se atreva a expresar algo diferente! Todo mundo lucha por la libertad.
Yo sí me atrevo a afirmar que el hombre y la mujer no somos libres; muy por el contrario, dependemos desde que estamos en el útero de nuestras madres. Ellas nos dan la vida y nos alimentan y protegen. Después dependemos de la familia hasta que poco a poco logramos independizarnos. Pero ni así somos libres. Vivimos en una sociedad llena de reglas, leyes, que están regulando nuestra relación con nuestros semejantes. Existen las preceptivas en muchos campos de acción; por supuesto, la ley natural. Entonces, ¿En dónde se encuentra la mentada libertad?
¿PUEDE SER PRODUCTO DE NUESTRA IMAGINACIÓN?
Desde que nacemos nos meten en una serie de conceptos que nos sirven para juzgar lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, lo legal y lo ilegal. La iglesia, el predicador, el maestro, el policía, el gobierno, los legisladores, agregue lo que quiera a la lista. Libres no somos, aunque todos lo soñamos ser.
El hecho de vivir en sociedad nos hace dependientes. Mi libertad se topa con la de los otros por eso se legisla. Al romperse esa legislación, sobre viene el caos. Por ello hay que someterse a la regla para que persista el orden.
Las cosas no son tan fáciles, ya que va a desatarse una lucha de intereses. Todo mundo busca que sus privilegios se impongan sobre los de los demás.
Entonces hay menos libertad; pero, muchos se revelan en contra de las imposiciones para obtener más libertad. También existe el engaño, hacerte creer que eres libre.
Aunque no seamos libres, hay mucha gente y grupos interesados en manejar nuestra libertad. Fuera de que nos inculquen una moral y una ética, influyen sobre nosotros para que actuemos para beneficiar sus intereses y no los nuestros; aún en contra de los nuestros. Entre esos grupos me referiré a dos: los religiosos y los políticos.
Los primeros han proliferado más que nada en busca del diezmo. Han sobrepasado los límites, se han vuelto circos ambulantes para estafar crédulos. Los segundos, buscan tu apoyo para representarte. Una vez que lo obtienen, te imponen sus propios principios y deseos. Se representan a ellos mismos.
No es posible que pueblos enteros se vean en la necesidad de vivir entre guerras y hambrunas por que según esto, sus dirigentes dicen que están actuando en su beneficio.
No es posible que de la noche a la mañana cambien todas las seguridades que tú tenías por que a alguien se le ocurrió, en la representación de algunos, cambiar las reglas del juego como acaba de suceder con Donald Trump cuyas decisiones han afectado a todo el mundo.
La libertad está rodeada de ejércitos que tanto hacen la guerra a nivel mundial como controlan a las personas a nivel nacional. Si no te sometes te someten. Hay delitos claros que se persiguen de oficio, pero hay cosas o acciones que se pueden convertir en delitos si a alguien que tiene poder le molesta.
Entonces en donde esta la veracidad de la afirmación de que el hombre es libre por naturaleza. Frase dominguera para presumirse de intelectual. En realidad, nuestra libertad es mínima y esta tan poca libertad es la que nos levantamos a defender todos los días con nuestras decisiones, con nuestro trabajo, con nuestra influencia.
Nuestra única salvación es la información y la toma personal de decisiones. No hay que dejarle a otros que decidan por nosotros o que nos digan lo que tenemos que hacer por que esos son pruebas de inmadurez. Tenemos que ser responsables y lo que le pase a este país y al mundo es nuestra culpa, aunque no seamos libres.
