
Una rutina constante mejora la piel más que cualquier producto milagroso/ Especial
La piel es el órgano más grande del cuerpo y actúa como barrera protectora frente a agentes externos. Su estado refleja no solo la salud física, sino también el estilo de vida y los hábitos diarios.
Por eso, establecer una rutina de cuidado adecuada es fundamental para mantenerla equilibrada, hidratada y libre de imperfecciones.
La clave está en adaptar los productos y pasos según la edad, el tipo de piel y las necesidades específicas de cada persona.

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Millones de personas en el mundo están expuestos al fotoenvejecimiento digital todos los días¿Qué debe incluir una rutina básica para el cuidado de la piel?
Una rutina básica debe incluir tres elementos esenciales: limpieza, hidratación y protección solar. Estos pasos, aunque simples, son la base de cualquier tratamiento efectivo.
A partir de dichos elementos, se pueden incorporar activos como antioxidantes, retinoides, péptidos o ceramidas, según la etapa de la vida. Por ejemplo, a los 30 años se recomienda sumar vitamina C y contorno de ojos, mientras que a los 50, las cremas más nutritivas y reafirmantes se vuelven protagonistas.

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Un equipo de investigadores de la Universidad Northwestern (EE.UU) examinó cien videos de rutinas compartidas por niñas y adolescentes a través de la red social.¿Cómo adaptar el cuidado según el tipo de piel?
La piel sensible requiere productos suaves, sin fragancias ni alcohol, y el uso constante de protector solar. En cambio, la piel grasa necesita hidratación ligera y control de sebo, sin caer en el error de evitar cremas.
Ingredientes como el ácido hialurónico, el ácido salicílico y el peróxido de benzoilo ayudan a mantener el equilibrio sin obstruir los poros ni generar irritación.
El acné, por ejemplo, no debe tratarse con abandono de productos, sino con una rutina bien estructurada que incluya limpieza suave, hidratación constante y activos específicos.
La constancia es el secreto: los resultados no son inmediatos, pero sí sostenibles si se mantiene el cuidado a largo plazo.

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Anoche hubo un preestreno de El conjuro: Últimos ritos y desde hoy podrá verse la cinta en la región a través de bastantes horarios¿Qué incluye una rutina ideal de día y noche?
Por la mañana, se recomienda limpiar la piel, aplicar un sérum antioxidante, hidratar y proteger con un filtro solar de amplio espectro.
Por la noche, la rutina puede incluir exfoliantes suaves, sérums reparadores con retinoides o péptidos, y cremas más densas o aceites faciales para nutrir mientras se duerme.
La elección de productos debe estar guiada por un profesional y ajustarse a lo que cada persona pueda sostener en el tiempo.
En este punto, una vez más sale a relucir lo crucial que es ser constante.
Cambiar de fórmula cada semana o buscar resultados inmediatos puede dañar la barrera cutánea y generar más problemas que soluciones. La piel necesita tiempo para adaptarse y responder a los ingredientes activos.
¿Por qué el cuidado prolongado es más efectivo?
Los cambios reales en la piel —como la mejora en textura, tono y firmeza— se logran con paciencia. Ingredientes como los retinoides o antioxidantes requieren uso continuo para que sus efectos se acumulen.
Alternar sin un plan puede causar sensibilidad o irritación. Por eso, la rutina ideal no es la más compleja, sino la que se puede mantener todos los días.

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La problemática se ha visto favorecida por las altas temperaturas y la humedad derivada de las recientes lluviasComo parte de su compromiso con el cuidado de la piel, la especialista Leisa Molinari lanzó una línea de productos dermocosméticos con fórmulas específicas para cada necesidad.
Su propuesta incluye seis productos clave, desde sérums antioxidantes hasta cremas nutritivas, pensados para acompañar cada etapa del proceso de renovación cutánea.