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Las palabras tienen la palabra

Ay! Pues me equivoqué...

JUAN RECAREDO.-

Cuando alguien alrededor de mí cometa un error del lenguaje no diré nada, pero habrá señales. La verdad es que, en un momento dado, todos cometemos errores… aunque, hemos de aceptar que algunos más frecuentemente que otros. Algunos son francamente “barbarismos bárbaros”, de los cuales ya le he hablado aquí pero, ya que la colección nunca deja de crecer, usted me ha de disculpar, pero no me los puedo guardar y por eso se los comparto.

Hace unos meses, en una plática familiar sobre los bailes folclóricos que se hacen en las escuelas, una persona dijo que a ella le gustaba mucho bailar el Jarabe zapatío. Perdón, ¿cómo dijo? ¿Jarabe zapatío? Ah, pues se refería al Jarabe tapatío, esa famosa pieza musical que se le atribuye al estado de Jalisco. Y claro, se baila zapateado, así que esta persona pensaba —en serio— que así se llamaba este baile.

Y ya que andamos en estos rollos, muchos se preguntan: ¿por qué se le llama jarabe a esta música? Pues ni que fuera una bebida dulce. Es que el jarabe originalmente es una mezcla de sustancias, y el baile llamado jarabe es también una mezcla de diferentes ritmos de diversas regiones. Póngale atención al Jarabe tapatío y se dará cuenta de que el ritmo cambia notoriamente durante la pieza.

Un amigo mío estaba muy preocupado por su salud y dejó de fumar. Me dijo que ahora le daba mucho temor de sufrir un enema pulmonar. Yo, con toda la diplomacia que mi risa contenida me permitió, le aclaré que quería referirse a un edema pulmonar, que es la inflamación y ablandamiento de los pulmones, mientras que el enema va por otro lado muy diferente.

A un ilustre político —¿cuál de todos?— muy claro le escuché decir la frase “si mal no me equivoco”, una tremenda barbaridad que nació de la mezcla de dos frases comunes: “si mal no recuerdo” y “si no me equivoco”. Lo “bueno” es que el individuo ni cuenta se dio de lo que dijo, y luego remató con que no se dejaría adementrar ni intimar por sus contrarios, cuando seguramente lo que quería decir es amedrentar e intimidar.

La esposa de un amigo estaba preocupadísima por su niño, que tenía muchos problemas en la escuela ya que el chamaco es imperactivo, queriendo decir en realidad que es hiperactivo. Esa misma esposa —ni que mi amigo tuviera tantas— nos platicaba de los chismes de la escuela con lujuria de detalles —¡así lo dijo!— y que uno de los papás había sufrido un accidente y ya no podía tener más niños, porque “el pobre señor quedó esméril”.

Todo esto nos lo platicaba mientras se botaneaba un tentapié, que es como ella le dice a un tentempié, es decir, un refrigerio… y no un refractario, que es como ella dice. ¡Qué bárbara! Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios. donjuanrecaredo@gmail.com X: @donjuanrecaredo.

ME PREGUNTA Uriel Fernández: ¿Se puede decir que un señor es “mayor” aunque no se compare con otra persona? ¿No sería “mayor que alguien más”?

LE RESPONDO: Con este sentido de “edad avanzada” se puede utilizar la palabra “mayor” y está correcto. Incluso, con este significado, se aceptan como correctas las frases como “más mayor” o “muy mayor”.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Mi psicólogo dice que tengo una obsesión con la venganza, pero esto no se va a quedar así.

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