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Las palabras tienen la palabra

YA ESTABA TODO ARREGLADO

JUAN RECAREDO.-

En la estación central del tren de Copenhague es un día normal y el movimiento de gente es también el ordinario. Los que pasan que van saliendo de viaje o van llegando de lo mismo casi no se dan cuenta de que un joven con un tamborcito se coloca en el centro del amplio vestíbulo y se pone a tocar una especie de redoble al que nadie parece ponerle mucha atención.

Pronto nos damos cuenta de que el tamborilero no está solo. Junto a él hay otro joven, de pelo ensortijado y barba incipiente que hace ademanes de director de orquesta con una batuta.

Entre los pasajeros pasantes aparece luego una joven que se detiene, saca una flauta de su maleta y con cierta timidez se pone a tocar las acompasadas notas de algo que identificamos inmediatamente como el Bolero de Ravel.

Luego un señor con un violín, otro tamborilero, un cellista y el público empieza a acomodarse pues han entendido que aquello no era casual. Todos los músicos, desde el tamborilero inicial hasta los trombones, los fagots y los timbales del precioso y majestuoso final, son miembros de la Orquesta Filarmónica de Copenhague, una de las más acreditadas orquestas sinfónicas del mundo. Lo que ellos estaban haciendo en la Estación Central del Tren de Copenhague se llama un flashmob.

La palabra viene de flash que es un destello, un relámpago y mob que se refiere básicamente a una multitud, o sea que el flashmob entonces es como una multitud instantánea.

Concretamente el flashmob es una acción organizada en la que un grupo grande de personas se reúne de repente, en forma aparentemente casual en un lugar público, realiza algún acto extraordinario y luego se dispersa rápidamente.

Generalmente un flashmob se convoca a través de las redes sociales, y aunque ya no se ven tanto como antes, en la mayor parte de los casos no tienen otro fin más que el entretenimiento. En el caso de Copenhague vimos cómo el público, a pesar de ser tan diverso, se empieza a interesar y se acomoda para disfrutar plenamente los poco más de seis minutos que dura el famosísimo bolero que produjo la mente privilegiada de Ravel.

Parejas de ancianos, jóvenes, hombres y mujeres de negocios y hasta algunas parejas con bebé en carriola y toda la cosa, se encantan con esta melodía que tiene la facultad de que empieza con su redoble suavecito y termina envolviéndote en el sonido ronco de trombones y de cornos que literalmente te hechizan y te llevan hacia el apoteótico final.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios. donjuanrecaredo@gmail.com, X: @donjuanrecaredo.

ME PREGUNTA Juan Flores: ¿Cómo se le llama al que odia a las mujeres?

LE RESPONDO: Se le llama "misógino".

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: ¡No son las locomotoras, sino las ideas, las que arrastran al mundo!

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