Dos buenas amigas discutieron y se alejaron porque no supieron cómo y cuándo decir las cosas. Lo que comenzó como una linda plática, terminó en una discusión llena de reproches e insultos.
Soraya y Linda son buenas amigas desde hace varios años. Se estiman, se respetan y disfrutan mucho su compañía. Recientemente, mientras caminaban como parte de su rutina de ejercicio, Soraya le comentó a Linda lo equivocada que estaba al no dejar que su hijo se fuera de viaje con la escuela. Después, comenzó a señalarle algunos errores que -según ella- había cometido con sus otros hijos, y le insistió, con desesperación, en que no repitiera las mismas faltas.
Soraya siente que, por tratarse de una amistad sincera, tiene la obligación y el compromiso moral de decirle sus verdades a su amiga, en lugar de hablar a sus espaldas como lo hacen otras personas.
Es una mujer franca, que aprecia genuinamente a Linda y a toda su familia. Le duele que su ahijado no pueda ir al viaje de fin de año con todos sus amigos, un viaje que no pudo hacer el año pasado y que esta vez es su última oportunidad para realizar.
Sin embargo, la reacción de Linda fue muy distinta a lo que Soraya esperaba. Tomó los comentarios como ofensas graves y se cerró por completo, sin dar oportunidad de entender lo que su amiga intentaba decirle. Por supuesto, no pudieron terminar su caminata. Ambas se fueron disgustadas y con una sensación amarga.
LINDA NO ESTÁ LISTA PARA ESCUCHAR NADA QUE TENGA QUE VER CON SUS HIJOS
Y si Soraya realmente se preocupa por ella, también tendrá que entender que cada persona tiene su propio tiempo.
A Linda no le gusta que opinen o se metan en sus asuntos.
A VECES, HABLAR EN EL MOMENTO INADECUADO GENERA MÁS DAÑO QUE EL BENEFICIO QUE SE BUSCA
Muchas veces, es mejor callar que lastimar a alguien que se quiere.
Y es aún mejor callar cuando sabemos que el otro no está listo para escuchar.
LA RECETA
Hay que saber cuándo hablar
INGREDIENTES
2 sobres de Sentido común
1 taza de Diplomacia
1 chorrito de Consideración
3 gotas de Momento Adecuado
2 manojos de Prudencia
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
Es importante medir previamente las consecuencias de lo que uno dice.
MODO DE PREPARACIÓN
Un cocinero experto sabe que no debe cocinar si no hay quien se coma su platillo.
Reconocer que cada persona es única es un requisito esencial para vivir mejor.
El buen cocinero sabe que solo tiene control sobre sí mismo, por eso trata de anticipar las consecuencias de sus actos.
Podrá dar sugerencias y compartir sus recetas con otros, pero jamás podrá imponer su sazón.
Cada cocinero tiene su tiempo, su momento y su gusto.
El sentido común, la prudencia, la consideración y el momento adecuado son ingredientes fundamentales para lograr una receta perfecta.
Cuando el cocinero opta por enfocarse en respetar a los demás, alcanza un éxito sabroso: se convierte en un cocinero contento y satisfecho, que siempre encuentra el platillo ideal para cada ocasión.
Y lo mejor es que las personas que lo rodean saborean sus platillos con gusto y admiración.
