¿Cuántas veces a la semana se debe comer carne roja?

Seamos honestos, a veces es casi imposible resistirse a comer carne roja, ¿quién le diría “No” a un buen taco de carnita asada, suadero o pastor luego de una jornada larga en el trabajo o una noche de fiesta? Quizá solo quienes lleven una dieta vegana o vegetariana. 

A pesar de que la carne roja es base de una larga lista de platillos típicos en México, lo cierto es que también es protagonista de uno de los debates más grandes en nutrición, ¿es un alimento que necesitamos o un gusto innegable que afecta a la salud?

La respuesta de expertos en nutrición es que la carne roja aporta algunos nutrientes esenciales para la salud, pero su consumo debe ser moderado, pues en exceso puede derivar en problemas de salud. Entonces ¿cuánta carne roja se puede consumir?

¿Cuánta carne roja es recomendable comer a la semana?

De acuerdo con el Consejo Mexicano de la Carne, se recomienda consumir carne roja tres veces a la semana. Pero el hecho de que se pueda comer carne hasta 3 veces no significa que se pueda consumir a libre demanda. La porción de carne recomendada es aproximadamente del tamaño de la palma de la mano. 

De acuerdo con organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la World Cancer Research Foundation, no se debe consumir más de 500 gramos de carne roja; además se debe evitar el consumo de carnes procesadas.  

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¿Cuáles son los riesgos de consumir mucha carne roja?

Según indican los expertos en salud, el límite en el consumo de carne roja se debe a que una ingesta mayor está vinculada con el desarrollo de problemas de salud como el cáncer colorrectal, enfermedades vasculares coronarias y diabetes tipo 2.

¿La carne roja es mala para la salud?

No, la carne roja como tal no es mala para la salud, pero su consumo excesivo puede derivar en problemas de salud. Un consumo moderado de ella brinda al cuerpo nutrientes como la vitamina B, que ayuda a regular distintos procesos en el cuerpo, entre ellos, el metabolismo energético, la producción de glóbulos rojos y el mantenimiento del sistema nervioso central.

A menudo los nutricionistas recomiendan  tener un consumo mayor  de carnes blancas debido a que éstas tienen menos grasas saturadas que la carne roja. 

En resumen, el consumo de carne roja debe estar basado en el equilibrio. No es necesario renunciar a esos antojos, que de vez en cuando surgen como la carnita asada del domingo,  pero hay que tener conciencia de la porción y la frecuencia con la que se consume para disfrutar de su sabor sin poner en riesgo la salud a largo plazo..

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