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En México del 2013, un informe de la Universidad de Guanajuato ubicó la prevalencia de autismo entre 30 y 116 por cada 10 mil habitantes. Una década más tarde la cifra se disparó a 1 de cada 115 niños, un aumento significativo de diagnósticos que, según un artículo publicado en Science, no necesariamente está asociado a una mayor incidencia.
Un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores a cargo de Santhosh Girirajan, genetista en la Universidad de Pensilvania, señala que el incremento probablemente se produjo porque los educadores cambiaron un diagnóstico por otro. Es así como los niños que solían ser etiquetados con diferentes condiciones como "discapacidad intelectual" eran de hecho autistas.

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Esta es la cantidad de agua que pone en riesgo tu saludEn la investigación se analizaron los datos de aproximadamente 6.2 millones de menores estadounidenses en etapa escolar, todos ellos con capacidades diferentes y que formaban parte de programas de educación especial.
Se observó que entre el 2000 y 2010 el número de niños de la categoría de autismo se triplicó, pasó de 93 mil 624 a 419 mil 647. A la par, la tasa de niños con "discapacidad intelectual" disminuyó de 637 mil 270 a 457 mil 478.
En suma, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades destacaron en su informe de Morbilidad y Mortalidad de la segunda semana de abril de 2025 que el aumento de casos también puede deberse a una mayor comprensión del autismo y a un mayor número de pruebas de detección.
Los hallazgos del equipo de Girirajan publicados en el American Journal of Medical Genetics Part B: Neuropsychiatric Genetics, mencionan que hoy en día la presencia del autismo es más reconocida, contrario a lo que sucedía décadas anteriores donde la condición era estigmatizada, ignorada o evitada, como una "marca de vergüenza".

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Un estudio reciente revela el tipo de entrenamiento que mejora la fuerza, agilidad y salud neuromuscular después de los 60En México, solo existe un estudio sobre el autismo. Éste señala que uno de cada 115 niños tiene este trastorno del neurodesarrollo, es decir, casi 1 por ciento de la población infantil. No obstante, se desconoce la incidencia en la vida adulta al igual que su situación en la adolescencia.
La falta de datos específicos en adultos se debe a que, históricamente, los diagnósticos se han enfocado en la infancia, dejando de lado los estudios específicos sobre adultos con autismo en el país, según información compartida durante el seminario Autismo en adultos: Diagnóstico, comorbilidades y controversias a cargo de la profesional de la salud Gala Paulina Sánchez Goddard.
El autismo 70 años atrás
En 1943, Leo Kanner, un reconocido psiquiatra austríaco, fue el primero en realizar descripciones en menores con problemas graves en la interacción social desde el inicio de la vida social, así como la resistencia al cambio.
No fue hasta 37 años después, en 1980, que el entonces designado como autismo infantil se incluyó al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), que es una guía autorizada publicada por la Asociación Americana de Psiquiatría la cual brinda criterios universales para la clasificación de los trastornos mentales.
Sin embargo, en dicha clasificación, era necesario que se cumplieran todos los criterios diagnósticos, y esto no alcanzaba a cubrir la heterogeneidad del fenómeno o el autismo en adultos. Aún así, potenció la investigación.

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Ansiedad y depresión, los trastornos mentales más comunes en 2025 a nivel global, alerta OMS. Este es el panorama en México.En 1987, se incluyeron 16 criterios en el DSM 3 en su versión revisada, donde se añadieron los tres dominios de alteraciones principales: reciprocidad social, lenguaje de la comunicación o intereses restringidos, conducta repetitiva. De esta forma, se requerían al menos ocho criterios, dos de dominio social y al menos uno de cada una de las otras categorías para ser diagnosticado, lo que permitió mayor flexibilidad clínica.
De acuerdo con la profesional Paulina, los cambios más relevantes ocurrieron hasta el 2013 en el DSM 5, donde se modifica el sistema categórico a un sistema dimensional. Es así como "mejoró la sensibilidad y especificidad para identificar este diagnóstico, y dejó atrás los intentos de categorizar toda la heterogeneidad del autismo en subcategorías", señaló. Esto como resultado de observar la variabilidad en cuanto a los síntomas de los subgrupos, a pesar de tener los síntomas centrales.
Hasta entonces, se poseía poca capacidad diagnóstica y diagnóstica debido a los sistemas de clasificación, lo que generaba restricciones para la elección del tratamiento.
Contrario a la creencia de que la mayoría de las personas con autismo estaban asociadas con discapacidades intelectuales, para los últimos estadísticos, destacó Sánchez durante el seminario, solo el 37.9 por ciento de personas dentro del espectro tienen discapacidad intelectual.
¿El lugar de nacimiento influye?
De acuerdo con información del reporte de Morbilidad y Mortalidad antes mencionado, existe una mayor prevalencia de autismo en infantes asiáticos/isleños del Pacífico, negros, hispanos y multirraciales, siendo los hombres tres veces más probables de ser diagnosticados que las mujeres.
Investigaciones recientes no han demostrado que vivir en ciertas comunidades signifique un mayor riesgo de desarrollar trastorno del espectro autista, esto es probablemente por las diferencias de disponibilidad de servicios de detección temprana y evaluación y prácticas diagnósticas.

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Anualmente, en México, son diagnosticados más niños con autismo que con SIDA, cáncer y diabetes juntos, se lee en un artículo del Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad. Incluso, la tasa de niños con algún trastorno del espectro autista ha incrementado a uno por cada 31 infantes.
A fin de mejorar el tratamiento y el diagnóstico, se requiere una combinación fundamental entre detección temprana a través de controles pediátricos, mayor disponibilidad de terapias conductuales y de lenguaje, apoyo integral a las familias para el manejo y comprensión del trastorno, así como investigación e implementación de intervenciones para la promoción de su inclusión en la sociedad.
Derrumbar el sesgo histórico también necesita de llevar a cabo investigación enfocada en adultos, lo que mejoraría la comprensión de sus necesidades específicas, el apoyo adecuado en la adultez y el diseño de intervenciones que aborden los desafíos que aparecen en la vida adulta, con el propósito de mejorar la calidad de vida, el bienestar y, de igual manera, la integración social.